La pregunta: potente elemento para evaluar formativamente

Autora: Gladys Milena Vargas

Instagram @gladysmilenavargas

Muchas veces nos hemos visto atrapados en el círculo de evaluar a los estudiantes a través de exámenes, pruebas objetivas, quices y otro tipo de cuestionarios, sin percatarnos de la importancia de la pregunta como un catalizador que atrae, motiva, extrae ideas, opiniones, pensamientos de nuestros estudiantes de formas inimaginables.

No en vano autores como el mismo Sócrates y otros como Mario Borghino, Linda Elder y Richard Paul, entre muchos, han dedicado un tiempo a investigar y proponer nuevas formar de preguntar, categorizar las preguntas, tipificar su uso y nos han brindado una guía fabulosa para hacer de la pregunta un aliado en muchos campos de la vida.

Los maestros y maestras debemos a la pregunta, la posibilidad de acercarnos un poco más al estudiante, generamos nuevas formas de indagar acerca de sus dudas, expectativas, conocimientos adquiridos, errores y hasta miedos a través de la pregunta. Pero ¿que es lo que hace que hagamos mejores preguntas?

Anthony Robins expresó con sabiduría: “La gente exitosa sabe hacer preguntas inteligentes y en consecuencia toma mejores decisiones.”. Y es que la pregunta es un vehículo para acceder al conocimiento del otro, de lo otro, del mundo, de sí mismo. Con la pregunta me puedo formular para donde voy con mi vida, qué quiero emprender, con quién caminaré en la senda hacia mi destino, cuándo alcanzaré mis metas, dónde, el por qué y el para qué de cada decisión a tomar. la pregunta es un elemento catártico pues también ayuda a aclarar dudas en nuestras relaciones, a determinar con claridad qué piensan nuestros aliados y a concretar qué viene para el futuro de un negocio o empresa.

Hacer preguntas en el ámbito educativo implica determinar el sentido de la pregunta, qué buscamos al hacerla y cómo la vamos a hacer. El arte de hacer preguntas inteligentes no es dominio de muchos y claramente debería ser una asignatura que se debería impartir en la escuela.

Cada pregunta que realicemos a los estudiantes debe traer consigo una carga objetiva, por ejemplo debe conducirles a la autorreflexión, a la reflexión en torno a lo aprendido, la pregunta que conduce a la reflexión tiene la meta de ahondar a profundidad sobre lo que sabe el estudiante, lo que piensa y lo que realmente está ligado a sus estructuras afectiva y cognitiva.

Una buena pregunta también puede llevar a soluciones, a analizar un problema, a verle las causas y sus efectos. una pregunta óptima debería permitir confirmar lo que piensa el estudiante, realizar nuevas apropiaciones de lo aprendido e indagar acerca de lo cuestionado por el docente.

La buena pregunta no ataca, percibe, analiza, explora al interior de quien la recibe, la buen pregunta se hace partiendo de lo que hemos escuchado del otro, la pregunta clave es aquella que busca que el cuestionado abra su mente, aclare sus ideas, avance hacia nuevos aprendizajes.

Cuando haga una pregunta piense en qué busca al preguntar, cuál es el fin de la pregunta, qué quiere indagar, pues sucede que a veces preguntamos de tal forma que no conseguimos lo que queríamos conocer o averiguar.

Cuando haga una pregunta cuestione dicha pregunta, pregúntese si está bien formulada, si es la pregunta adecuada para el momento en el que se va a lanzar, si esa pregunta está realmente relacionada con el asunto a tratar.

Cuando haga una pregunta busque por la información precisa, cuestione el origen de la información, las fuentes, los datos, para corroborar si la respuesta es veraz, si no es sesgada o si corresponde a un falso constructo de la persona cuestionada.

Cuando haga una pregunta cuestione ideas, conceptos, el uso que la persona les da en situaciones reales, las suposiciones que tenga la persona, las consecuencias, las causas, los puntos de vista, las perspectivas.

La puerta está abierta, comenzar a usar la pregunta con un sentido formativo, ampliará las posibilidades de evaluar al estudiante desde los propósitos que hemos determinado, partiendo de sus creencias, conocimientos e ideas. Comencemos por preguntar a ver qué pasa, atrevámonos a usar la pregunta como ese medio para conocernos y conocer mejor al otro y a lo otro.

Referencias:

Borghino, M. (2017). El arte de hacer preguntas (El arte de): El método socrático para triunfar en la vida y en los negocios. Grijalbo.

de Nikolaus, S. K. EL ARTE DE PREGUNTAR.

Elder, L., Paul, R., de Pensamiento Crítico, C., & Socráticos, P. (2002). El arte de formular preguntas esenciales. Basado en conceptos de pensamiento crítico y principios socráticos. Fundación para pensamiento crítico, 1-39.

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