Luego de conocer los resultados de las Pruebas Pisa 2015, las cuáles fueron aplicadas a más de 500.000 jóvenes de 15 años, pertenecientes a 72 países de todo el mundo, y conocer que Colombia ocupó el puesto 59, con la participación de 11.795 jóvenes, es necesario desarrollar una reflexión en torno al fortalecimiento de las competencias lectora, científica y matemática. De acuerdo con el informe ejecutivo para Colombia:
“además de Colombia participaron siete países: Brasil, Chile, Costa Rica, México, Perú, Uruguay y República Dominicana (por primera vez). Además, cuatro ciudades del país (Bogotá, Manizales, Medellín y Cali) financiaron una sobremuestra (grupo de estudiantes adicionales que conforman una muestra representativa de estas ciudades) que permite analizar los resultados desde el contexto local”
Las cifras que presenta la OCDE muestran un nivel muy por debajo del promedio en el desempeño en la competencia científica, matemática y lectora, apareciendo Colombia aún entre los países con más bajos en resultados. De igual forma al analizar los resultados relacionados con la equidad, los niveles aparecen igualmente por debajo del promedio.
Por ello, no es sano pensar que ya se ha llegado a la meta, por el contrario, es tiempo de prender las alarmas y buscar mecanismos que permitan que el sistema educativo colombiano pueda mejorar tanto en calidad y desempeño como en equidad. Esto se hace atendiendo a varios puntos neurálgicos que desde ya, las instituciones educativas pueden abordar como agentes activos del cambio:
- Procesos de formación de los docentes en el desarrollo y evaluación de competencias a partir de la evaluación auténtica y el modelo de evaluación basado en evidencias.
- Diseño de herramientas de seguimiento y control de los planes mejoramiento.
- Resignificación del PEI atendiendo a las necesidades reales del contexto.
- Reformulación del modelo y enfoque pedagógicos, apuntando a procesos de formación de los docentes y directivos docentes de las instituciones educativas
- Procesos de formación en evaluación del aprendizaje, atendiendo a estilos y ritmos de aprendizaje.
- Fortalecimiento de los procesos de formación de los docentes en procesos de inclusión en las instituciones educativas.